Aunque para los países con baja densidad poblacional la adopción de autos eléctricos se ha hecho más difícil, Australia se ha propuesto la tarea de construir su primera Súper Autopista eléctrica, que estará cubierta, a lo largo de sus 1600 kilómetros, por redes de carga rápida para todo tipo de vehículos impulsados por electricidad.
Pese a que la flota de estos dispositivos en Australia es muy menor: alrededor de 1000 vehículos, en comparación con sus cinco millones de habitantes; los promotores de la iniciativa confían en que ayudará a una adopción más rápida, y potenciará las ventas de autos eléctricos en la región.
La medida fue anunciada por el gobierno australiano el día de hoy, en voz del ministro de Medio Ambiente, Steven Miles, quien lo expresó de esta manera: “el proyecto es muy ambicioso, pero queremos que la mayor cantidad de gente posible se una a la revolución de autos eléctricos, a la vez que nos alineamos a una estrategia adoptada por el país entero de reducción de emisiones”.
“El día de hoy, anunciamos los 18 pueblos y ciudades que estarán incluidas en la primera fase de la Súper Autopista Eléctrica, y que contarán, una vez finalizada la construcción, con la posibilidad de viajar en un auto eléctrico desde la frontera norte, hasta la parte baja del sur de nuestro país. El peaje a lo largo de la fase inicial de este proyecto no tendrá costo alguno, así que queremos animar a la gente a que use la autopista”.
Las locaciones confirmadas son: Cairns, Tully, Townsville, Bowen, Mackay, Carmila, Marlborough, Rockhampton, Miriam Vale, Childers, Maryborough, Cooroy, Brisbane, Helensvale, Coolangatta, Springfield, Gatton y Toowoomba.
El proyecto tiene dos aspectos interesantes, el primero mencionado por Steven Miles: que la autopista en su primera fase tendrá un peaje gratuito; y el segundo, el plan que mantiene el gobierno de alimentar las estaciones de carga con energía eléctrica, generada a partir de fuentes renovables.
Aunque no se ha especificado qué tipo de red de carga se utilizará para la autopista, se sabe que será de segunda y tercera generación, que podrán utilizar la gran mayoría de autos eléctricos producidos a la fecha, y los por venir.
Esta medida de alinea una muy aparecida del gobierno canadiense, quien recientemente anunció la instalación de una red de carga a lo largo de toda su autopista Trans-Canada Highway, alimentada por energía eléctrica generada a partir del sol.
Ambas estrategias no solo confirman una vez más la importancia ambiental de implementar soluciones de esta clase para los medios de transporte, sino la rentabilidad y proyecciones hacia futuro que tienen. La consolidación de los vehículos eléctricos, y toda la infraestructura que los rodea, es ya evidente, y se logrará de manera total en el corto plazo.
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