La Comisión de Valonia para la Energía (CWaPE), organismo oficial de regulación de los mercados de electricidad y gas de una de la Región Valona -una de las tres macro-regiones que componen a Bélgica- ha anunciado que la tarifa aplicada a los dueños de sistemas generadores de energía solar fotovoltaica finalmente correrá a partir del 1 de enero de 2020, y no en 2019, como había sido informado anteriormente. Se trata de una nueva metodología arancelaria que fue sometida a consulta popular el pasado mes de abril, y que estipula una tarifa que varía entre los 330 y los 560 euros dependiendo del tamaño de la instalación solar y de la ubicación geográfica del proveedor de electricidad.
La medida, que alcanzará a unos 133,000 propietarios -según datos del diario local L’Echo-, fue criticada por organizaciones locales que velan por la expansión de las energías renovables, que calificaron a la tarifa como “desproporcionada” con relación a los beneficios que traen los sistemas fotovoltaicos en la red eléctrica local. Los aranceles regirán en el período 2020-2023 y, según datos de la asociación belga Apere, dedicada a las renovables, la mitad de la capacidad fotovoltaica instalada en Valonia proviene de grandes plantas solares, y el 60% de los sistemas de este tipo son de una capacidad de hasta 10 kW.
Bélgica tiene 3.42 GW de capacidad solar fotovoltaica instalada, de los cuales unos 916 MW son aportados por la Región Valona, mientras que Flandes es la mayor productora, con 2.451 GW. La Región Metropolitana, por su parte, aporta 56 MW. Apere también reveló que el año pasado las instalaciones generadoras de energía solar fotovoltaica produjeron 2,9 TWh de energía, cubriendo el 3.7% de la demanda eléctrica total del país. Respecto a otras formas de generación renovable, gran parte de este tipo de energía proviene de fuentes eólicas y de biomasa sin incineración, con miras a cumplir con el objetivo de que el 13% del total del consumo energético nacional sea abastecido por energías limpias para 2020.
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