La revolución tecnológica del siglo XXI ha significado un paso hacia adelante en múltiples sectores: el industrial y manufacturero, con la entrada de la llamada Cuarta Revolución Industrial; el de Telecomunicaciones con la de nuevos y más rápidos métodos de conectividad e intercambio de información; y desde luego, en el automotriz, con la llegada de vehículos autónomos, cuya carrera por el posicionamiento del dispositivo en los mercados ha iniciado ya, y tiene a Apple y a GM como principales contendientes.
En la esquina roja
Apple en meses recientes se había mantenido con un perfil muy bajo respecto a las nuevas noticias del desarrollo de su Apple Car; pero en abril pasado, ese silencio se rompió con la noticia de que la firma había obtenido permiso para probar su tecnología de vehículo autónomo en California.
Apple se unió así a una corta lista de compañías facultadas para ello, después de dos años de intentos. En 2015 se dieron a conocer documentos que reconocían a Apple como una de las firmas que tenían discusión con el Departamento de Vehículos a Motor para obtener permisos de prueba.
Alrededor de esta fecha, uno de los socios de Apple, Didi Chuxing, abrió su propio laboratorio de autonomía en California; y un poco antes de eso, la firma apareció en una carta enviada al Departamento Nacional de Seguridad, Tráfico y Autopistas, urgiendo al gobierno a no restringir pruebas de autonomía en los circuitos viales de la nación.
“Apple utiliza máquinas inteligentes para mejorar sus productos, hacerlos más eficientes e intuitivos. La compañía ha invertido fuertemente en el desarrollo de sistemas automatizados y autónomos, aplicables en muchas áreas, incluida la automotriz”, decía el documento.
Pese a todo, el silencio que mantenía al respecto el CEO de Apple, Tim Cook, dejaba cierto escepticismo en la comunidad. Cuando la noticia del permiso llegó, la firma se legitimó como una de las firmes competidoras por el desarrollo de esta tecnología.
Recientemente, ese silencio ha sido roto. En una entrevista con Bloomberg, Cook comentó: “estamos muy concentrados en el desarrollo de sistemas autónomos, y ciertamente una parte muy importante es el desarrollo de autos que se conduzcan solos. Pero también hay otros, lo vemos como la Madre de Todos los Proyectos. Es nuestro emprendimiento más difícil, y uno de los más complejos de Inteligencia Artificial en el que hemos trabajado. Ya veremos a dónde nos lleva, no queremos ver esto desde un punto de vista exclusivo de un producto; estamos muy emocionados…”.
Ahora está claro que Apple está puesta en la batalla de los automóviles autónomos. La compañía, de hecho, ha estado trabajando en el software de autonomía sobre una Lexus RX450.
En la esquina azul
La otra corporación en el cuadrilátero es General Motors, la noticia de este martes, es que la firma comandada por Mary Barra extenderá su flota de autos eléctricos y autónomos; según palabras de la CEO, los últimos 130 modelos de su Chevy Bolt EV vendrán equipados con cámaras y sensores que permitirán al vehículo la conducción sin piloto.
Para la firma, esto significa hacer la competencia a las otras grandes corporaciones que están sobre el juego: desde luego Apple, Tesla, y Alphabet. Para GM el desarrollo de vehículos capaces de comandarse por sí mismo ha sido una prioridad desde que adquirió el año pasado el software para tal propósito: Cruise Automation, creado por Kyle Vogt.
Desde entonces GM ha triplicado su personal en la facción de autonomía, y planea contratar al menos otros 100 para los próximos cinco años.
Incluso, en otoño de este año, entrará al mercado su Cadillac CT6, que vendrá equipado con un prototipo de autonomía, que faculta al vehículo para acelerar, frenar, e incorporarse a los carriles cuando su piloto esté en manos libres.
La firma ha dejado claro que este sistema de semi autonomía podrá también intervenir en el sistema de audio, tomar o realizar llamadas telefónicas; y enviará alertas de atención para que el piloto no distraiga su mirada de la carretera.
Con estas firmas invirtiendo en el desarrollo de estos autos, la contienda por el dominio de su mercado arranca. Para los próximos años podríamos, de esta manera, atestiguar cómo el dispositivo de cuatro ruedas del siglo XX se convierte, literalmente, en un automóvil.
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