La reputación que tiene Florida como “el estado donde siempre brilla el sol” es bien conocida, durante no pocos años ese slogan ha servido como gancho turístico, para Miami, particularmente; sin embargo, la entidad no había aprovechado su potencial en generación de energía, hasta ahora.
Gracias a una adolescente de 18 años, la parte sur de Miami se ha convertido en la primera ciudad en Estados Unidos en aprobar una ley que urge a las nuevas casas construidas a contar con paneles solares en sus techos, para el aprovechamiento del sol como recurso en la generación de energía eléctrica.
La iniciativa que se aprobó con unanimidad por el Congreso del estado (4 votos a favor y uno en contra) fue escrita por Delaney Reynolds, una joven que se inspirada en una medida similar que adoptó San Francisco, la primera metrópolis norteamericana en aprobar una medida de este tipo.
Reynolds es una adolescente que estudiaba en la preparatoria del condado cuando se enteró de la iniciativa aprobada en San Francisco, su urgencia por instaurar una medida similar en su comunidad fue tal, que escribió a media docena de alcaldes de su estado, para que le ayudarán a escribir una ley que ordenara la instalación de paneles solares en todas las casas nuevas.
Philip Stoddard, alcalde de Miami Sur, fue el primer en responder. “Yo tenía apenas 16 años cuando le escribí a todos los alcaldes que pude”, escribe Reynolds en su blog, “Stoddard fue el primero en responder. Yo decía en la carta que el cambio climático es el mayor reto de mi generación, que éramos nosotros los que heredaremos este desastre, y por lo tanto, nosotros lo tendríamos que resolver”.
“Imagínense mi sorpresa cuando recibí la carta del mayor Stoddard diciéndome que aceptaría mi propuesta, sólo si yo ayudaba a escribir la ley. Desde luego yo le dije que no tenía ni idea de cómo se escribe una ley. Y él se ofreció a enseñarme los procesos básicos. Tuvimos nuestra primera reunión, y yo creía que sería de un par de horas: duró seis. Todo ese trabajo, que duró un año y medio, ha dado hoy sus frutos con la aprobación de la ley. Hoy podemos estar seguros de que nuestra medida protegerá nuestro medio ambiente; y espero, funcione como inspiración para otros jóvenes, que, como yo, están interesados en cambiar de alguna forma las cosas”.
Pero el trabajo de Reynolds va más allá de sólo haber escrito una ley, ha dedicado ya años de su vida en crear conciencia sobre el riesgo inminente del cambio climático. Fundó una campaña de largo aliento llamada Sink or Swim, a través de la cual comparte información relevante sobre los usos y posibilidades de la energía solar y otras soluciones sustentables.
Ahora, con esta concreción, Reynolds tiene la posibilidad de llevar su iniciativa a todo lo largo del estado de Florida. De hecho, otras ciudades del estado ya están interesadas en hacer lo mismo que Miami Sur, de forma particular: Orlando y San Petersburgo.
La iniciativa, además, describe todos los potenciales riesgos que el estado de Florida, y Miami en particular, enfrentan como consecuencia del cambio climático: inundaciones y el aumento del nivel de mar son sólo algunos.
Un reto a Trumpland
Esta medida se alinea de forma muy interesante con las medidas que otros estados están adoptando a raíz de la decisión del presidente Donald Trump, de sacar la nación entera del acuerdo de París, y que fue condenada por la comunidad política y ecológica de todo el mundo.
La medida de Reynolds convierte a su ciudad en una de las pocas de toda la nación con el empuje suficiente de crear una contra narrativa de Estado. De hecho, sólo Florida y California, como estados, han implementado una medida igual, que considera, además de las nuevas casas construidas, aquellas que están en expansión o en proceso de remodelación. La iniciativa pide hasta el 75 por ciento de toda la superficie del techo, cubierta por paneles solares.
La medida, sin embargo, no ha carecido de opositores. Una bien financiada organización llamada Family Businesses for Affordable Energy, con sede en Washington, inició una serie de llamadas automatizadas para disuadir a los votantes. El grupo, asimismo, mandó una carta a la Comisión del estado para detener la medida, ya que incrementaría el costo de la vivienda.
Los opositores más acérrimos de la medida, sin embargo, son un grupo de pequeños empresarios que apuestan por los bajos costes de la energía: en realidad, se debe al interés de mercado que existe con la Asociación Nacional de Distribuidores de Energía Eléctrica.
A este respecto, Reynolds responde: “algunos desarrolladores y compradores de bienes raíces han expresado su desacuerdo con la iniciativa, dicen que tendrá un impacto negativo en el negocio ya que incrementará el coste de las viviendas y las volverá impagables. La buena noticia es que eso no tiene mucha verdad. De hecho, ninguna: el mercado de bienes raíces aquí en Miami es muy robusto, a la gente le encanta vivir aquí y paga precios muy altos por sus viviendas, generalmente muy bien equipadas con alta tecnología en sus cocinas y baños. ¿Por qué habrían de estar en contra de energía gratuita del sol?”.
“Esta añadidura hará las casas más valiosas, más comerciables; lo sabemos de facto, gracias a las investigaciones que hemos realizado con Congreso del estado. Según el reporte de la Oficina de Energía de Colorado, una casa con capacidad de generación energética a través del sol, está teniendo aumentos importantes de su valor, gracias a la rentabilidad del mercado de las tecnologías de energía renovable”.
“También sabemos que el impacto que tendrá la medida, en su totalidad, será de hecho muy chico: el director de Construcción de Miami, me ha informado que, a lo largo de tres años, sólo se han construido 15 casas nuevas. Eso es un promedio de 15 por año. En cuanto a renovaciones, las hay también muy pocas, razón por la cual nuestra medida no tendrá prácticamente ningún impacto en casas ya construidas.
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