Después de una serie de millonarias inversiones, la compañía Dyson, dedicada a la fabricación de aspiradoras y secadores industriales, levantó rumores de que estaría trabajando, con esa misma tecnología, en el desarrollo de su primer automóvil eléctrico.
Alrededor de marzo del año pasado, cuando se confirmó por parte de la compañía la compra de Sakti3, una desarrolladora de baterías sólidas con sede en Michigan; y la inversión de USD$1000 millones para la construcción de una fábrica que las produciría en masa, se esparcieron los rumores con fuerza suficiente para alertar a los medios informativos.
Entonces, la nota fue que la compañía estaba interesada en integrar esta tecnología a su la de por sí ancho catálogo de secadores y aspiradores industriales; y que también estaba trabajando en el desarrollo de otras aplicaciones, presumiblemente de movilidad… Se presumía que el gobierno estaba apoyando a la compañía con un financiamiento para el desarrollo de un vehículo eléctrico en su planta de Malmesbury, Wiltshire; y toda una división de ingeniería. Pero nada concreto fue confirmado.
El día de ayer, a más de un año de que se iniciaran los rumores, el propio James Dyson ha confirmado que desarrollarán su propio vehículo eléctrico en 2020. A través de un memorándum que fue recibido primero por los empleados de Dyson, y después por los medios informativos, se confirma, en las propias palabras del CEO, lo siguiente:
“Desde hace más de 20 años ha sido mi ambición la de encontrar soluciones al problema mundial de las emisiones carbónicas y la contaminación del aire. Hace años observamos que la industria automotriz estaba por cambiar su mercado; entonces decidí que la compañía tenía que invertir en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía eléctrica. Creía que vehículos impulsados por esta podrían contribuir a solucionar el problema del aire. Entonces empezamos a innovar, y a incorporar nuevas soluciones a nuestros productos existentes como la Secadora supersónica de cabello y toda nuestra línea de aspiradoras sin cordel. Innovamos con mucha fuerza la dinámica de fluidos y los sistemas de corriente para todo nuestro catálogo”.
Y es que desde hace 20 años la firma había desarrollado filtros de aire para los vehículos a combustión, sin lograr que las firmas automotrices los utilizaran. Hoy, con todo ese nuevo desarrollo, Dyson se arrojó hacia una nueva aplicación, la de movilidad. El memorándum prosigue así:
“Ahora, finalmente tenemos la oportunidad de integrar toda nuestra tecnología en un solo producto: en lugar de filtrar el aire de los vehículos, podemos solucionar el problema de raíz. Por eso quería que lo escucharan directamente de mi boca: Dyson ha comenzado a desarrollar un auto eléctrico que será lanzado en 2020”.
Aunque más detalles del prototipo no fueron revelados, debido a la fiera competencia del mercado, lo que se sabe es que el automóvil integrará la tecnología de batería sólida que Dyson ha venido desarrollando después de la compra de Sakti3.
Este tipo de baterías tienen una capacidad de almacenamiento y de desempeño mucho mayor a las baterías comunes de celdas de iones de litio; aunque éstas tienen una relación costo-beneficio mucho mayor en el desarrollo total de los vehículos.
De hecho, si Dyson lanza su auto en 2020, con una batería sólida, sería la primera desarrolladora en alcanzarlo en tan poco tiempo. Y es que el desarrollo a gran escala de baterías sólidas tiene todavía un costo muy alto. No obstante, con la inversión de USD$1000 millones para la fábrica de estas baterías que realizó Dyson el año pasado, es muy probable que la fabricación en serie ya sea una realidad para la compañía.
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