Un reporte realizado por Iain Staffel, Richard Green, Rob Gross y Tim Green, investigadores del Imperial College of London, en colaboración con Drax -generador local de energías limpias, especialmente biomasa- y el Sindicato Nacional de Agricultores, se ha encargado de analizar el segundo trimestre del año en materia energética. Los resultados arrojaron que los eléctricos generan menos de la mitad de las emisiones de dióxido de carbono que los vehículos convencionales e híbridos más limpios de la carretera. A su vez, el estudio reveló que Reino Unido ha alcanzado un nuevo récord, logrando que un 25% de la producción energética de la región provenga del sector renovable.
“Electric Insights”, como se titula el reporte, es el argumento perfecto para aquellos críticos del mercado eléctrico -principalmente sectores relacionados con los combustibles fósiles-, que aducen que la energía que usan estos vehículos proviene de plantas contaminantes, por lo que no serían tan sustentables como se aparenta. A esto se responde que, más allá de que los eléctricos disminuyen dramáticamente la contaminación atmosférica de las ciudades, cada vez son más eficientes debido a que las redes eléctricas se están volviendo más y más verdes. De hecho, la intensidad de carbono -es decir, la cantidad de dióxido de carbono, medido en gramos, emitido por kilovatio hora- de la red británica es la más baja de la historia, descendiendo a los 200 g/kWh, “lo que representa un importante paso hacia la meta crucial (producir electricidad por debajo de los 100 g/kWh) fijada por la Comisión de Cambio Climático”, expresa el informe. El avance es notable, sobre todo si comparamos estos números con los registrados en décadas pasadas: en 1980s la intensidad de carbono de la matriz energética del Reino Unido era de 740 g/kWh y, en los 2000, de 500 g/kWh.
Esto se traduce en que los eléctricos son mejores que nunca para reducir las emisiones de carbono. “Producir la electricidad para cargar un Tesla Modelo S en 2012 habría creado 124 g de carbono por kilómetro recorrido. Hoy en día las emisiones de la carga del mismo coche se han reducido a la mitad, a 74g por km impulsado en invierno y sólo 41g por km en verano, gracias a la descarbonización de la generación de electricidad en el Reino Unido”, explicó el Dr. Staffell. El Nissan Leaf, por su parte, pasó de 97 g/km en el invierno del año 2012 a 58 g/km en el invierno 2016/17 y a 32 g/km en este verano. Si comparamos estos valores con aquellos registrados en vehículos que se impulsan a base de combustibles fósiles, encontramos que la eficiencia es muy superior: un Range Rover Ecoque 2L, por ejemplo, emite 125 g/km, y un Toyota Prius, unos 70 g/km.
De continuar esta tendencia, gracias al crecimiento de la energía de biomasa, eólica y solar -que en Reino Unido registró un incremento del 17% respecto al mismo período el año pasado- la adopción de autos eléctricos será cada vez mayor, ya que no habría argumento alguno para no volcarse a vehículos enchufables.
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