Según palabras del jefe de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, hasta finales del año pasado, el Sistema de Transporte Colectivo de la ciudad gastaba entre mil 700 y mil 800 millones de pesos al año en energía eléctrica, con lo que se posiciona en el primer lugar de consumo de energía de la capital mexicana. Por otra parte, en la ciudad se generan diariamente 13,000 toneladas de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), lo que sería suficiente para llenar el Zócalo capitalino con una pila de un metro de altura; de estos, un tercio se aprovechan, mientras que dos tercios son depositados en rellenos sanitarios de el estado de Morelos y el Estado de México.
El protagonismo de la basura como generador de energía
Ante la situación anterior y con las políticas de sustentabilidad que ha venido implementando la administración actual capitalina, según un boletín del 18 de abril del sitio web de la CDMX, se dio el fallo a la licitación para la construcción de una Planta de Termovalorización de Residuos Sólidos Urbanos. Dicho proyecto ha sido planeado a lo largo de más de dos años, según detalló Jaime Slomianski Aguilar, titular de la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México. La planta comenzará a operar en 2020, generando ingresos de aproximadamente 1,000 millones de dólares.
La decisión tiene una gran importancia a nivel histórico, ambiental y nacional pues, mediante este proyecto se busca resolver el manejo de RSU. Con la planta, se procesarán 4,500 toneladas diarias de RSU, las cuales evitarán que la misma cantidad de toneladas de dióxido de carbono se emitan a la atmósfera.
Los recursos utilizados actualmente para el traslado y disposición de los RSU a rellenos sanitarios, se reorientarán a tecnologías que aprovechen el valor calórico de la basura y así, generar energía que será abastecida a las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo, Metro.
Los beneficios para la CDMX y los chilangos
La Ciudad de México se beneficiará, de modo que tendrá autonomía en la gestión de los RSU. Según un comunicado de la compañía a la cual le fue adjudicado el proyecto, Veolia, la ubicación de la planta se situará en el Bordo Poniente de Xochiaca, mientras que la duración del contrato con el gobierno capitalino es de 33 años de servicio. Cabe destacar que, será hasta que se comience a recibir la energía producida por la planta, cuando el gobierno comience a pagar por dicho servicio; de manera que las finanzas públicas no se verán lastimadas, puesto que, en primera instancia, no se utilizará presupuesto adicional, como ya se mencionó previamente, sino que se utilizarán los recursos usados para el traslado de RSU a rellenos sanitarios, así como el pago del Sistema de Transporte Colectivo a la Comisión Federal de Electricidad. Por otro lado, la calidad de vida y salud de los capitalinos se verán beneficiados, de manera que los desechos que se utilizarán, que hasta la fecha son contaminantes, se destinarán a la generación de energía limpia, con 965,000 MWh al año.
La Termovalorización, una solución verde
El proceso que se implementará -termovalorización-, es un procedimiento eficiente y sustentable. Este ha sido utilizado desde hace más de 20 años en diferentes países europeos y asiáticos, tales como Alemania, España, Francia, Japón, China, entre otros. Actualmente existen más de 1,880 plantas de termovalorización en el mundo. Esta tecnología es un proceso de alimentación continua, con control de combustión, recuperación energética y cuenta con las medidas tecnológicas para el control medible de emisiones contaminantes.
Veolia opera, en la actualidad, 63 plantas a nivel mundial, habiendo valorizado 45 millones de toneladas de residuos hasta la fecha. En México ha operado por 25 años, dando soluciones en materia de servicios de agua y residuos para industrias y gobierno. Ésta, en conjunto con empresas globales, construirá y pondrá en operación la planta, con la mejor tecnología del mundo, con lo que se cimienta una alternativa eficiente para el tratamiento de desechos, contando con los más altos estándares y prácticas en este tipo de instalaciones, cumpliendo con normativas ambientales.
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